Volver.
Volver con la frente marchita
las nieves del tiempo, platearon mi sien.
Sentir que es un soplo la vida,
que 20 años no es nada,
que febril la mirada
errante en la sombras te busca y te nombra.
Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo
que no ha de volver.
...pero el viajero que huye,
tarde o temprano detiene su andar
mas el olvido que todo destruye
haya matado mi vieja ilusion.
Cual escondida la esperanza humilde
es toda la fortuna de mi corazon.
Yo hablo, pero soy la primera que tiene miedos. Me gustaría poder eliminar eso, pero creo que todo ser humano tiene miedo por superviviencia, tiene miedo de algo que le puede hacer daño.
Unas cosas duelen más que otras. No es lo mismo pincharte con un rosal, que cortarte con el cuchillo de cocina. No es lo mismo que ingresen a un conocido en un hospital, que a un familiar. Y así podría tirarme toda la tarde. La cuestión es que ante estos ejemplos no puedes sonreir porque hay un dolor, ya sea emocional o físico, eso lo sé. Pero... ¿Como sería un mundo sin miedos?
Esta semana me la estoy dedicando a mí. Lo único que hago es vida social e intento no pensar. Estoy dejándome llevar y haciendo lo que quiero en cada momento. Creo que lo necesitaba y me está sentando bien. Y aunque no piense, que quiera dejar la mente en blanco de preocupaciones, me está sirviendo para coger fuerzas, para amueblar mi interior, para tranquilizarme de tanta locura y para crecer como persona. Sí. Además estoy poniendo en práctica un ejercicio que nos propusieron en clase sobre la importacia que tiene saber interpretar las emociones que tiene uno mismo. Nos dijeron "Por ejemplo, cuando os levantáis, al mirar por la ventana, al salir a la calle por primera vez en el día... ¿Qué sentís?". Para comprender la complejidad de las emociones primero tendré que saber entender las mías. Y es muy curioso intentar explicar lo que sientes con hechos simples, se descubren muchas cosas de una.
Una de las cosas que he descubierto es que me relajan las canciones como esta.