Se valiente: Vive.

domingo, febrero 10, 2008

Secreta mujer

Aquí llegan los genes de mi padre con Serrat...



No puedo dormir
no puedo dormir
atravesada entre los parpados
tengo una mujer
tan sol y tan luna
que abre mis ojos y me obliga a ver
mi desventura y mi fortuna
y no me deja fortuna,
y no me deja dormir
esa mujer
esa secreta mujer.

Arranqueme señora, las ropas
desnúdeme,
arránqueme, señora, las dudas
desdúdeme,
arránqueme señora las ropas y las dudas.
Desnúdeme, desdúdeme...

Secreta mujer
secreta mujer
Atravesada entre mis parpados
le quiero decir
le quiero pedir
que me deje, que se vaya,
pero no puedo hablar a mi pesar.

Atravesada en la garganta,
me atormenta una mujer
esa mujer,
esa mujer.

He estado pensando estos dias en todas las conversaciones que he tenido en relación a Flashdance. La conclusión de la gente es la misma: tengo que olvidar. Pero me da por pensar, no sé si porque estoy cegata y soy masoca, que esto no va a terminar así.

Hoy estaba mirando una película cuando ha sonado el móvil avisando que llegaba un sms. Lo primero que he hecho ha sido mirar el reloj. Desde que empezó esta locura de historia siempre lo hago para llegar a adelantarme (putas expectativas) y pensar si puede ser quien yo quiero que sea. Por ejemplo, los domingos, sobre las ocho de la tarde, siempre me enviaba un sms. Cuando sonaba el móvil a esas horas yo ya sonreía. Pero tranquilos/as, no era quien yo esperaba, sino un puto sms de propaganda.

¿Véis a lo que me refiero? Hoy hace una semana que no se nada. El jueves hizo una semana que no nos veíamos, y hoy hace una semana que a mi móvil no le llega nada suyo. Pero yo, cazurra que cazurra, hoy cuando me ha sonado el móvil aún tenía esperanzas.

Es que sé que no es así. Sé que no quiere zanjar esto, y menos de esta manera. A riesgo de sonar mal, también diré que sé que no se ha olvidado de mí. Incluso diría que en su móvil habrá un mensaje hiperextralargo de esos suyos que no se atreve a mandar... Ya dije que esta situación la había vivido, y también digo que le conozco más de lo que se cree. Así que para matar sus penas, y su cobardía, se emporrará y yo mientras seguiré viviendo.

Como hoy estoy de adivina, también sé que pensaréis "Mírala, pobrecilla, está desesperada. Es gilipollas, aún tiene esperanzas". Qué le voy a hacer.

Por cierto, sigo sensible. Espero que "La Semana Sensible" no sea "Las dos Semanas Sensibles".