...aunque no lo saben (verídico, ni Joao lo sabe ^^
ey, eso ya lo contaré en otra entrada) pero ya lo estaba desde hace tiempo. Cogerlo como queráis.
Pues sí, este va a ser el relato, mi versión de la última noche del año 2006. Agárrense, que nos vamos.
Para empezar diré que una hora antes de arreglarnos, estábamos siete personas (que se puedan nombrar por pertenecer al mundo blogueril, Joao y la Alcaldesa, links a la derecha) en una habitación viendo la tele, recordando, unos mejor que otros, momentos de la infancia con ese programa infantil que emitía TVE y riéndonos con (de) Leticia Sabater. Como pasa el tiempo, ¿no? Y sino que se lo digan al frutero de Barrio Sésamo (de cuyo nombre no me puedo acordar ^^ ).
Una vez todos/as guapos/as (madre mía, que tentaciones de escribir la frase textual de Joao lalala), nos aposentamos en la mesa. Entre fotos, comer y demás el año se acercaba a su fin... y el vino blanco iba que volaba. Que fuerte me parecía, pensaba yo, que teniendo barra libre cogiera el pedo con el vino blanco de la cena, así que me propuse un poco de control.
A las 23.45 los nervios/euforia/subidón del momento se apoderaba del personal. Con unas uvas enormes (de moscatel, como dijo una amiga que pululará por aquí en breve, un saludo) a ver quien c*** se las comía todas. Ya no recordaba la última vez que no lo logré, pero vamos, que no pude, que de la quinta creo (creo) que no pasé. A partir de aquí, cuando me levanté para felicitar a las 20 personas de la mesa, no volvería a tocar una silla hasta pasadas las cuatro y porque me dijeron de sentarnos, que ni me acordaba de que me dolía todo...
Buscaba la barra libre. “¿Dónde c*** la pondrán?” Porque no se ve movimiento” pensaba. El cava no saciaba el ansia que tenía en ese momento (lo se, con esta frase parezco alcohólica perdida, pero comprenderlo y pensad en el frenazo anterior con el vino). Después de soltar una de las frases de la noche (“A mí esto me resbala”, “¿El qué? ¿El cava?”, “No, el suelo” by Alcaldesa and Desafiada), decidimos hacer la primera expedición por la sala en su búsqueda. Y allí estaba. Marabunta de gente, y detrás, mi objetivo, y el de todos/as. El primer ron con cola de la noche ya fluía por mis venas (segunda frase de alcohólica perdida) y la música, que fue mejorando a lo largo de la noche, empezaba a sonar.
No se cuantos ron con cola me bebí. No cambié la mezcla porque me recomendaron, no recuerdo quien, el no hacerlo para que no subiera más aún y aguantar mejor. Pues no fue mal del todo. Cogí un pedo considerable, como era de esperar, pero me lo pasé de lujo.
Más cosas que comentar: 1) A Joao se le puede bautizar por esa noche como (que no se me ofenda, por favor de los favores) “Cada vez que te veo llevo un trapo nuevo”. Ea, que pareao que me he montao ;o) Y es que, por circunstancias que no me incumbe a mí contar, si lo comparas a la hora de cenar y a las... y a la hora que fuese cuando nos fuimos a dormir (yo por lo menos, lo del acto de dormir digo), los pantalones era lo único que llevaba igual (creo jajaja ya no afirmo nada). 2) En un momento de la noche, apoyada en la barra esperando mi turno, empezó el tema con el cual doy nombre a la entrada. “¿Cuántos tubos llevas?” me dijeron. “No lo se” respondí. Volvimos a la zona de bailoteo y se lo chivaron a la Alcaldesa. “Tu prima se está descarriando y no la controlas”. Horas después (o minutos, que más da) la persona que dijo eso me traía otro ron. “Que no quiero beber más, de verdad, voy ciega ya”. “Pues lo vas paseando” me contestó ^^’. Y esa fue la historia de cómo otro ron con cola llegaba a mi estómago. 3) El wc puede llegar a ser un lugar donde ocurren cosas relevantes o absurdas, como prefieras. Una, a la que llamaremos Niñatonta, le dijo a la Alcaldesa delante de mí “No estás en la onda. Yo soy de Britney Spears”. Momento supermegapijoosea. Y es que, mi prima, en un intento de sociabilidad en la cola del water, comentó la canción que sonaba. La Niñatonta soltó su frase, y salio de allí con cara de “meparecesuperfuerte”. Que gente, por favor. 4) No se me acuerdo de nada más. Mi mente va dando saltos en la línea del tiempo y tengo boquetes en medio. Sorry.
Así como quien no quiere la cosa, nos tiraron, nos invitaron a que nos fuéramos a dormir (repito, por lo menos en mi caso). Me dieron (la gente que me llamó descarriada, ya ves) otro ron para el camino, pero esta vez la poca sensatez que me quedaba ganó (gracias sensatez). Ey que si bebía algo más no sabía lo que pasaría y aún así mira... Pues eso. No se como metí la llave en la puerta, no se como la volví a meter para cerrar, no se como me quité las lentillas (lo juro, y eso que hay que meter el dedo en el ojo), no se como me desmaquille, no se como me puse el pijama... Pero sí que se que necesité una hora para levantarme de la cama, se que estuve una hora como en hipnosis pensando si me levantaría o pasaría el resto de mis días en esa cama (dramatismo 100%), se que cuando me levanté un poco más y me muero (la Alcaldesa puede dar fe de ello), y se, a día de hoy, que aún tengo el estómago tocado (y hundido).
Para acabar, decir que cuando nos levantamos nos dimos cuenta que habíamos dormido con ¡¡¡¡26 grados en la habitación!!!!! Imagina a tres borrachas, como dijo la Alcaldesa, durmiendo a 26 grados. No era bastante con el mareo del resacón que además... Hubo un momento que lo pase mal pero mal. Ya te digo, que casi me muero.
Y esto es todo lo que puedo contar. Se despide la descarriada por hoy.
