Caminando.

Está visto que cuando planeas hacer un tipo de entrada, te surge otro pensamiento y te dan ganas de plasmarlo. Pues de esto, más o menos, quiero escribir.

Me da la sensación que estoy viviendo en línea recta. Y eso no se si es bueno o malo. Supuestamente sería mejor, ¿no? Rutina, sin altibajos, sin grandes cosas preocupantes, sin nada extra. Eso es lo ideal, ¿no? Pregunto, porque yo no lo tengo muy claro. Ahora mismo no se si prefiero que mi vida sea un garabato, o una simple recta. ¿Sabes qué? Creo que si lo medito prefiero una vida más irregular. Pienso que me hace falta algo en este momento.

También quería hablar de otra cosa. He decidido no analizar cada actitud, cada sensación y gesto que me transmite la gente. Esto está, en parte, relacionado con la entrada anterior. Y es que voy a intentar no pensar en “¿Qué querrá decir con...?”, ¿Por qué hace eso de...?”, “¿En que está pensando?” y cosas similares. Voy a vivir y punto. No quiero suponer, adelantar, ilusionarme,... No. Soy yo, y tú eres tú. Somos dos y estamos hablando (por poner un ejemplo), y listo.

A esto llego sin el desenlace del viernes. Voy a ir a cenar, a pasarlo bien. Si viene algo vendrá, y si no, también.

En este momento me pasa por la cabeza eso de “Caminante no hay camino. Se hace camino al andar.”

NOTA: Ya ves a lo que puedes llegar si pasar muchas horas estudiando. Pensamientos profundos delirantes.