Desaparece.

Es gracioso que soñar cosas surrealistas. Es gracioso soñar que voy por la calle y ver un cartel en la puerta de un pub que pone "Hoy monólogos. Con la actuación de Flashdance". Que fuerte me parece...

También es gracioso que la semana pasada hablara del mismo tema con dos personas. Si pensara en el destino o en chorradas de estas creería que es una señal. Yo, desde la sombra, sin mojarme con el tema, escuchaba como me decían la de gente que conocían, a la de sitios que habían ido, y todo. Resulta que donde yo quiero ir, esta gente ha ido. Pero claro, hay un problema, no sé si tengo la suficiente confianza como para decirles, "hey, que la próxima vez que vayas yo también quiero, me acoplo contigo". No sé. Es curioso que cuando piensas que tienes que hacer algo tengas dos conversaciones casuales, con dos personas diferentes, días diferentes, y que te cuenten anécdotas como las que tú querrías vivir.

Lo que me hace menos gracia es que me sigo cagando en mi misma. Sï, porque no quiero que me envie nada, que me llame, pero ahora me cago en todo porque no lo hace, porque algo pasa y no sé el qué. Y no. Me tendría que dar igual, me tendría que importar una mierda,... le tendría que enviar a la mierda, mejor dicho. Y mira, así estoy. Joder, no quiero que me pase esto.

En mi casa notan que estoy mal. Otra amiga lleva varios días preguntando qué me pasa. Es lo de siempre. Y no, no quiero ni hablar más del tema. Pero por otra parte lo gritaría, lo lloraría, y me quedaría calmada unos días, los que tardara en aparecer de nuevo y volver a empezar.

Encima parece que salga el tema de bajo de las piedras. Por ejemplo, hoy he "notado" un ambiente nuevo por los pasillos de la universidad, he "notado" cosas, miradas... Que raro, parece que la cosa se multiplica.

He llegado a la conclusión de que tengo que conocer gente.