Pensamientos profundos.

Hay veces en que otros ven lo que nosotros no vemos. La situación nos ciega, nos impide ver la realidad, o nos hace tener miedo de la misma.

¿Qué pasa cuando salen las primeras grietas en una relación? Que ninguno de los implicados quiere verlo. “Se pasará. Vamos a darnos otra oportunidad”. Pero la cosa es muy distinta. Nada es lo que era, nada queda de lo que fue y de aquella magia. Sólo hay rutina, dos personas que se aguantan o que intentan hacerlo. Y que queréis que os diga, eso no es amor.

Los años pesan, sí, los momentos vividos, el hueco que la otra persona ha dejado en ti... pero lo que no se puede es dejar de vivir por pensar en el pasado, mientras el presente se esfuma. La gente tiene miedo a tomar decisiones y, como le he dicho esta mañana a alguien, la vida está llena de eso. Cuando eliges una cosa, estás descartando otra, sea lo que sea de lo que estemos hablando. Unas veces te sale mejor, otras peor, pero de eso se trata, de seguir haciéndolo.

¿Más vale malo conocido que bueno por conocer? Me estoy sorprendiendo de lo que se toma al pie de la letra este refrán. Joder, se prefiere la estabilidad, cerrando los ojos para que no duela, antes que intentar ser feliz de nuevo.

Un tango lo bailan dos, y en una pareja es lo mismo. Pueden haber mil razones de que fragüe, pero lo que está claro es que a la gente le cuesta un mundo enfrentar la realidad. Tal vez yo no sea la más indicada para opinar sobre esto, puesto que por suerte o por desgracia aún no he estado implicada en estos percales, pero bueno, es algo que lo vivo muy de cerca.

Este es mi pensamiento de hoy.