Hablar sin hablar

Estábamos cenando mi padre (le llamaré P), mi madre (le llamaré M) y yo un día como otro. No se en que punto de la conversación mi madre llegó a decir que le gustaría que su hija fuera sincera con ella. Vamos, que se lo contara todo fuera lo que fuera.

La cosa siguió así:

D: Yo te cuento las cosas, lo que pasa es que hay veces que no es fácil. –Miraba a mi madre porque mi padre es como si estuviera ausente- Hay veces que un hijo piensa totalmente diferente a sus padres y no cree que ellos lo comprendan.
M: En ese caso me gustaría saber si tú piensas muy diferente a mí.
D: Mira, por ejemplo es lo mismo que le pasa a Toni en Cuéntame, que está metido en política y no se lo dice a sus padres por miedo a como se lo pueden tomar.

Se hizo el silencio. Yo intentaba descifrar la mirada de mi madre.

P: ¿Podemos hablar de esto en otro momento?- Así es mi padre, que no habla y cuando lo hace la caga.
D: ¿En otro momento? Tú no te enteras de nada, ¿no? Estamos hablando de algo serio, podías prestar atención en lugar de estar pensando en lo que harás mañana. –Y así soy yo de... ¿borde? O de contestona, según lo quieras mirar.
P: A ver si te piensas que no se lo que pasa. –Tengo que reconocer que ahí me dejó un poco inquieta.
D: Ya, claro –Me empecé a reír- Ahora es cuando dices eso de “Antes de ser cura se es monaguillo”, ¿no?

Hasta mi madre se reía de la situación. No se si de la cara de mi padre (en plan “lo se todo”), de mi comentario, o de la tensión, pero bueno.

D: Mira, no se de que estás hablando tú, ni lo que piensas. –Insertar risa nerviosa- Pero vamos a dejar esto porque no tengo ganas de discutir.

Esto fue todo.

Y yo me prengunto: ¿De qué c*** hablaban mis padres? ¿Qué se pensarán? No tengo ni idea. Lo que se es lo que pienso yo, que ya es bastante. También se que, en verdad, sí que tengo una conversación pendiente. Ya ves, dicen que las madres se enteran de todo y yo creo que mi madre ya me allana el terreno.