Se valiente: Vive.

domingo, diciembre 03, 2006

Y yo que quería pagar...

Crónica del primer tanteo, porque habrá más...

Faltaban diez minutos para que fuera la hora y ya no sabía si irme, ponerme a cantar o correr por el pasillo de casa. Total, que decidí irme poco a poco hacia la cafetería que habíamos quedado, curiosamente cerca de donde vivo. Tal como llegué, paró un coche y se abrió la puerta. "Bien hecho lo de venir antes" me dije. Nos saludamos con dos besos y a la pregunta de "¿Que tal?" empezó una conversación continua.

Por un momento, hablando de cosas triviales, como el coche que quiere comprarse, me di cuenta de que no me estaba enterando de nada. Me fijaba en que no podía aguantarme la mirada, la tenía que desviar. Miraba sus ojos, sus expresiones... Me perdía. Y si a eso le añades que hacía una calor impresionante en el local y que yo debía de estar más roja que un tomate (por el calor eh, no por estar nerviosa) pues...

Pero espera, que en eso que entró su madre. Sí, sí, su madre. Me la presentó y la buena mujer se sentó allí a tomarse su café. Estuvo cinco minutos, pero vamos, como una más, hablando sin parar. Y ahora viene cuando la señora se levanta y... se va a pagar. Pero no lo suyo, lo de toda la mesa. Mi respuesta, después de la cara de “Osti que se adelanta” fue: “¡No! Tenía que invitar yo”. Empezó a reírse y me ignoró. Me quedé en una posición medio-me-levanto-medio-me-siento. A ver quien le plantaba cara ^^. Así que bueno, me resigné al final. Pero eso que dicen “No hay mal que por bien no venga” es cierto...

Cuando su madre se fue, estuvimos hablando hasta que se dio cuenta de la hora que era. Se le hacía tarde. Iba andando, así que le dije que le acompañaba un trozo, pero al final fue todo el camino.

¿Sabéis cual fue una de las últimas cosas que me dijo cuando nos despedíamos? “Aún me debes un café”. Le sonreí. Y tres o cuatro si quiere.

1 Comments:

Blogger Joao said...

Querida mia, enhorabuena. Te felicito por el blog, por tu sinceridad al contarlo todo sin miedo y que por ejemplo yo asista a todo como un espectador cotilla. Además, me identifico mucho, los nervios, el calor... Ahora te digo que te debo un café yo a ti para que hablemos y, me daría mucha pena, que no nos viérmaos hasta Nochevieja. Lo curioso es que tú y yo nos estemos conociendo más a través del blog que en persona... Besos

12:28 p. m.

 

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